Aquí está una historia de amor, triste y feliz al mismo tiempo. Divertida y ligera también.
Era un soleado día del verano pasado cuando vi por primera vez a la hermosa cisne solitaria en el Estanque Dorado de mi parque favorito. Sus plumas blancas como la nieve resplandecían bajo el cálido sol mientras ella nadaba grácilmente por el agua cristalina. Pero noté que una de sus alas estaba lesionada, impidiéndola poder volar.
Los amables cuidadores del refugio ornitológico local me explicaron que la habían encontrado lastimada y que la estaban cuidando todo el año. Durante el verano la dejaban nadar en la laguna, y en el invierno la llevaban al refugio para protegerla del frío.
Un día, para sorpresa de todos, los cuidadores descubrieron al revisar al cisne que en realidad era macho. Así que cambiaron su nombre de Dusya a Dusik. Pronto encontraron una pareja para él, una hermosa cisne llamada Augustina. Los dos se hicieron amigos cercanos, nadando juntos por el estanque y descansando en la orilla. Pero solo eran amigos, para desilusión de los cuidadores y la pública general que solia visitar el parque.
Cuando llegó el otoño, como de costumbre, Augustina migró a tierras más cálidas, dejando solo a Dusik. Los cuidadores temían que su espíritu se entristeciera sin una compañera. Esa fue la parte triste.
Aquí está la parte feliz de nuestra historia de amor. Pues, esta primavera, Dusik conoció a Marta, una preciosa y joven cisne. Los dos parecían llevarse muy bien, siempre juntos en el estanque. Pero hasta ahora, no han tenido crías. Tal vez Dusik esté también lesionado en otra área. Yo que sé.
Sin embargo, los fans de Dusik como yo tenemos la esperanza de que Marta se quede con él este invierno y quizás el próximo año traigan nueva vida al Estanque Dorado.
¿Y la parte divertida?
Recuerdo un día del año pasado que provocó en mí mucha risa. Mientras observaba a Dusik, una mujer me preguntó por qué Augustina lo había dejado. Con una expresión seria le respondí que lamentablemente Dusik era gay y Augustina no pudo lidiar con eso. Para mi sorpresa, varias otras mujeres que estaban cerca escucharon y se acercaron con mucho interés en el chisme. ¡Pronto me encontré rodeado de un grupo de chismosas, creyendo que yo era todo un experto en la vida amorosa de los cisnes! Tuve que contener la risa mientras les seguía inventando detalles creíbles sobre el drama entre Dusik y Augustina. ¡Los cisnes gay generan mucho interés!