Mis amigos españoles dicen que en España la gente suele criticar y aconsejar que se pongan las mascarillas a aquellos que no lo hacen.
Eso me recordó de los tiempos de la Unión Soviética, el país que los extranjeros a menudo llamaron la Tierra de los soviets, es decir la tierra de los consejos. Soviet = consejo, como un órgano colegiado.
Nosotros también lo llamamos la tierra de los consejos pero en el sentido de dar consejos o aconsejar.
A todos en la Unión Soviética les gustaba aconsejar sobre todo. Las señoras mayores de barrio solían criticar y avisar a las jovencitas no llevar minifaldas, por ejemplo. Avisaron a los chicos no fumar ni llevar el pelo largo ni algo así.
Fue un chiste que no puedes hacer el amor en la Plaza Roja porque todos van a molestarte con sus consejos.
Ahora, nadie te daría ningún consejo ni sobre las mascarillas ni sobre minifaldas ni nada.
A decir verdad, no sé lo de la Plaza Roja… Sin embargo, hace unos años, el artista controversial Petr Pavlensky martilló un clavo a través de su escroto y se sentaba desnudo frente a la tumba de Vladímir Lenin en la tal plaza.
Parece que nadie le dio ningún consejo ni interrumpió la protesta en contra de la “apatía, indiferencia política y el fatalismo por parte de la sociedad rusa contemporánea”.