Quiero compartir mi experiencia de haber reemplazado ambos cristalinos de mis ojos debido a las cataratas.
Las operaciones me costaron un ojo de la cara. No, de hecho, me costaron dos ojos, pero elegí pagar en vez de esperar la cirugía hasta marzo o abril bajo el seguro médico del estado y otras circunstancias.
Primero fue el ojo derecho y luego, un mes después, el ojo izquierdo.
Me sentí como un héroe durante la primera intervención; ni siquiera mi tensión arterial aumentó mucho, y la mejor parte fue que tuve la oportunidad de observar el procedimiento como si lo hiciera desde el periscopio de un submarino. Eso fue muy emocionante.
Sin embargo, después de la cirugía, que duró solo 20 minutos, empecé a temblar como una hoja de árbol en el viento, por 30 minutos al menos.
La segunda operación no resultó en una experiencia tan especial.
Ahora puedo ver como una persona normal y no necesito gafas, pero sí las uso para protegerme de la nieve, la lluvia y el viento. También para parecer más inteligente.
Las cataratas afectaron obviamente mi visión, pero también oscurecieron los colores y les dieron un aspecto diferente; por ejemplo, el azul parecía gris.
Ahora he visto por primera vez que mi esposa tiene ojos azules, lo cual es una ventaja, pero también he notado un poco más de arrugas, lo cual es, pues, una peculiaridad que debo aceptar. Yo mismo me veo mucho más maduro en el espejo – es decir más viejo, ay.
