He visto por el Internet el incendio de la Catedral de Notre Dame de Paris y he leído que su restauración tomará muchos años y mucho dinero. Se me acordó la historia de un templo de la iglesia ortodoxa rusa que era muy polémica en la sociedad. Se trata de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú.
El zar Alejandro I contrató mejores arquitectos para construir una iglesia en honor de la victoria rusa en la guerra contra Napoleón. La construcción empezó en 1817 pero unos oficiales robaron el dinero y el proyecto fue suspendido, luego se continuó y la obra fue terminada en 1883.
Durante el régimen del dictador Iósif Stalin las iglesias no fueron importantes ni necesarias, así que la catedral fue derribada.
Planearon construir en su lugar un edificio gubernamental, el Palacio de los Soviets.
El plan se fracasó y construyeron en vez una piscina de aire libre. Fue la piscina más grande del país – y muy popular. A mí me gustaba nadar por allí en el invierno porque el agua fue cálida mientras tanto la nieve se quedaba alrededor.
Sin embargo, en 1990 la iglesia ortodoxa rusa pidió al gobierno ayudar a “restaurar” el templo perdido y la construcción empezó cinco años después. La Catedral de Cristo Salvador fue bendecida por el patriarca Alexis II de Moscú y toda Rus el 19 de agosto 2000 en el Día de la Transfiguración.
Criticaron mucho en esta época el proyecto porque nadie sabía exactamente cuánto dinero gastaron. Y porque la gente creía que el dinero pudiera haber usado para otras metas, más importantes de la vida.
Ahora la Catedral de Cristo Salvador es el templo más importante de la iglesia ortodoxa en Moscú. La catedral también sirve como un cenotafio para los soldados rusos que fallecieron durante la guerra contra Napoleón en 1812.