Conocí a un poeta
Mientras viajaba en metro conocí a un poeta que estuvo vendiendo sus libros en los vagones. El hombre se veía un poco escalofriante en su sombrero negro con el libro llamado “El cuervo blanco”.
Claro que aquí están las publicaciones en español.
Mientras viajaba en metro conocí a un poeta que estuvo vendiendo sus libros en los vagones. El hombre se veía un poco escalofriante en su sombrero negro con el libro llamado “El cuervo blanco”.
Es cierto que para vivir mejor se necesita hablar dos o tres idiomas, pero hay un pero.
De vez en cuando, algunas personas en Rusia, públicas o políticas, lanzan campañas en contra del uso de las palabras extranjeras en la televisión o en los nombres de las empresas, tiendas y productos.
Ustedes probablemente saben bien de que la Unión Soviética fue una dictadura extrema que trataba de influenciar todos los aspectos de la vida, incluso la introducción de la dieta correcta para las mases.
El idioma español es muy popular en Moscú: hay cerca de dos mil escuelas privadas para los niños y los adultos en la ciudad que ofrecen estudiar esta lengua.
En muchos países hay cuentos de hadas, donde un sapo o una rana se convierte en un príncipe o una princesa después de un besito. Hay varias opciones de estos cuentos, con o sin los anfibios.
Mi amigo estadounidense Vlad McMillin me escribió ayer que su padre, James, se murió en Moscú. Tenía 92 años.
Cuando era estudiante en los 1970 recibí un estipendio pero no fue suficiente para vivir y estudiar así que los padres me ayudaron con el dinero. Otros estudiantes estaban en la misma situación.
El profesor de español Juan Fernández habló en su video en YouTube sobre las expresiones coloquiales, incluso “de buen rollo” que refiere a la gente buena, naturalmente.
Los científicos del Instituto de estudios espaciales de la Academia de Ciencias de Rusia utilizaron métodos de la fotografía multiespectral para descubrir la imagen en la tapa de la primera edición del libro llamado Apóstol (1564).
Desde el inicio Moscú era como cualquiera otra ciudad en el mundo y sus habitantes humanos compartían hogar con las cucarachas.
Primero, un poco de estadísticas sobre el metro de Moscú.
En mi vida previa tenía que viajar mucho con mi equipo de TV y al llegar atrás debíamos reclamar nuestros gastos, como pasajes, hoteles, comidas etcétera.
Uno de los estereotipos sobre los rusos es que ellos no sonríen tan a menudo como la gente en otros países.