¡Felicidades!
Cada año, mis nietos esperan que el buen Papá Noel les traiga regalos. Claro que esa figura mítica ni siquiera piensa hacerlo sin la ayuda de los padres, quienes compran los regalos por adelantado.
Cada año, tengo miedo de que los niños descubran que no existen ni Papá Noel, ni Santa Claus, ni Abuelo Helado.
Debido a que mis pequeñitos tienen raíces en Europa del Este, conocen también a otra figura, una chica que siempre acompaña a nuestro Abuelo Helado. Se llama Snegurochka, o Doncella de Hielo, supongo.
Todos saben que yo, a mi edad, ya podría calificar como un Abuelo Helado, y por eso, para mis actividades navideñas, necesitaría una doncella, preferiblemente cálida. Al menos un poquito.
Ustedes también saben que tengo esposa, pero nunca pensé que ella estuviera lista a ser mi doncella, hasta que me hicieron una operación de cataratas que literalmente me abrió los ojos. Bueno, solo un ojo por ahora. Sin embargo, eso fue suficiente para darme cuenta de que ya tengo una doncella en mi hogar, y que ella es bastante cálida.
Entonces, ¡viva la Navidad!