Esta tienda antigua se llama la Casa de té, pero el nombre es un poco ambiguo porque se vende allí no solamente té, sino café también.
Hay cientos de variedades de té, de negro a verde a blanco desde muchos países. Se vende también pu’er y yerba mate.
En casa siempre tengo el té verde y blanco, pu’er y yerba mate, y cada día bebo algo diferente. Creo en la variedad.
Compro mi café en esta tienda también. Me gustan los productos de Colombia, India, Brasil y Etiopía.
A decir verdad, hay muchas tiendas en Moscú que venden té y café, pero compro en la Casa de té más a menudo por la historia y diseño de la tienda.
En casa siempre tengo el té verde y blanco, pu’er y yerba mate, y cada día bebo algo diferente. Creo en la variedad.
Compro mi café en esta tienda también. Me gustan los productos de Colombia, India, Brasil y Etiopía.
A decir verdad, hay muchas tiendas en Moscú que venden té y café, pero compro en la Casa de té más a menudo por la historia y diseño de la tienda.
La casa fue construida en 1893. Su premier dueño, el negociante Serguéi Perlov fundó y dirigía la compañía de té, llamada “Perlov&Co”. De hecho, el apellido original de sus parientes fue Mikhailov, pero hubo perlas en el río Yáuza de Moscú en esta época y la misma compañía estaba en ese negocio también. Por eso ellos adaptaron el apellido más apropiado y más lindo que el nombre banal ruso.